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lunes, 2 de diciembre de 2013

De las fuentes del aroma a las formas de aplicación

En general, cuando se habla de aromas, se suele centrar la atención en las plantas que hacen flor; sin embargo, la magia de las fragancias va mucho más allá y sus creadores han buscado desde siempre a lo largo de la historia la manera de poder obtener cuantos más perfumes mejor.
Somos conscientes de que no aparecerán todas las formas de aplicación, pero hemos pretendido facilitar el trabajo a las personas que desean practicar la magia del aroma desde su casa.

Incienso combustible


Hablamos en este caso de conos y barritas de incienso que, con sólo aplicarles la llama de una vela o cerilla unos segundos, se encienden y luego combustionan expandiendo su fragancia.
Este tipo de incienso es el más cómodo y menos peligroso de usar.
















Aceites esenciales

Pertenecen a la rama de la cosmética más pura y artesanal y se extraen mediante destilación de las plantas
que tienen un aroma ya natural, es decir, el aceite esencial no necesariamente tiene que ser oleoso, si bien, en algunos casos, se les aplica aceite de oliva para que se adhieran mejor y puedan combustionar.Dicen los puristas que un aceite esencial es el alma de la planta o flor condensada en un pequeño frasquito.  
Los aceites esenciales se aplicarán para unciones de velas que se humedecen con el perfume a fin de propagarlo en caliente al combustionar.



Esencias

Muy parecidas a los aceites esenciales, las esencias son una modalidad más barata que la anterior, ya que, en este caso, la porción natural de aroma es bastante menor que la de un aceite. De hecho, las esencias incorporan agua y alcohol en cantidades bastante altas El empleo generalizado es a modo de vaporización siempre mediante lamparillas que llevan incorporada una vela, que actuando de fuente de combustión, vaporiza las fragancias por calor En lamparillas y quemadores, estos aromas suelen mezclarse pudiéndose logar numerosas fragancias verdaderamente deliciosas.




Baños y duchas

Los perfumes y las esencias o los elementos naturales pueden prepararse de forma que podamos bañarnos o efectuar irrigaciones con ellos. En estos casos se suele recurrir a las sales de baño o los líquidos obtenidos tras preparar infusiones. Como acto ceremonial que es, el baño pretende que el oficiante se impregne física y vibracionalmente de la fragancia o aroma de un elemento natural. El proceso habitual es introducir en el agua de la bañera las esencias de las infusiones o en su defecto las hojas y productos naturales de forma directa. 










     


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