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sábado, 7 de diciembre de 2013

La nutrición otoñal



Cuidar nuestra alimentación es importante para enfrentarse al otoño con energía, adaptarse al nuevo horario y rutinas diarias y preparar el cuerpo para la próxima llegada del invierno.
La dieta que sigamos debería contener todos los minerales y vitaminas necesarios para evitar su carencia y así nuestro organismo pueda funcionar correctamente.

Además de los nutrientes de temporada, es bueno un cierto refuerzo para mejorar nuestro estado de ánimo y nuestras defensas, evitando así las disfunciones que nos afectan en esta época del año.
                                                      

El Hierro es necesario para tener energía y evitar el cansancio y la debilidad, una de sus funciones es la del transporte y reserva de oxigeno a las células, favorece la prevención de infecciones y proporciona resistencia física. Su carencia puede generar fatiga, anemia, falta de concentración y debilidad ante las infecciones.
Es importante la combinación de la toma de hierro con la ingestión de vitamina C, ya que facilita la absorción y aumenta su asimilación.



La vitamina A   es una vitamina liposoluble que actúa en la formación y mantenimiento de la piel y las mucosas, en el crecimiento de los huesos y en la protección de la retina (de ahí su nombre: Retinol). Se recomienda mejor usar su precursor: el betacaroteno, ya que su consumo continuado largo tiempo puede
sobrecargar el hígado. El consumo en forma de Betacaroteno es totalmente seguro.

Además de prevenir la ceguera nocturna y otros trastornos oculares, también actúa sobre trastornos cutáneos, favorece la curación de úlceras gastrointestinales, aumenta la inmunidad y evita el desarrollo de células cancerígenas.


          

Las vitaminas del grupo B contribuyen a una buena salud de nervios, boca, cabello, ojos, piel e hígado. Ayudan a mantener el tono gastrointestinal y una adecuada función cerebral. Son vitaminas hidrosolubles y nuestro organismo elimina el exceso por la orina y el sudor, apenas las almacena, por ello su uso es necesario diariamente.
Su carencia puede originar depresión, apatía, irritabilidad, fatiga, pérdida de memoria, debilidad muscular, trastornos del metabolismo,desarreglos menstruales,etc. .


La vitamina C es necesaria para muchas funciones corporales, destaca su poder como antioxidante, reforzarte del sistema inmunitario, mantener los mecanismos de la coagulación y su gran capacidad como
favorecedor de la asimilación del hierro.

El consumo de cítricos, escaramujo, acerola, kiwi y verduras de hoja verde aporta generosamente vitamina C, si bien, la ingestión de zumos de cítricos como la mandarina, naranja o limón debe hacerse en fresco porque su contenido se disipa al poco tiempo de exprimirlo.

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